Cazar el caos
Capítulo 23 – Fuera antifaces
—Soy yo —murmuró—. Soy Emma. La periodista parpadeó, enfocó la mirada y le soltó las manos. Su peso recaía sobre la pelvis de la cantante y cuando se balanceó para quitarse de encima, la Marquesa estuvo a punto de gemir, tomarla por las caderas y obligarla a moverse de una forma muy concreta. En vez de eso, controló el tono de voz e intentó hacer lo mismo con el calor de su piel. —Veo que las lecciones de Casandra valieron el esfuerzo —repuso la cantante, fingiendo frialdad. La guardaespaldas les había enseñado defensa personal antes del viaje. —Me recordó algunos movimientos —puntualizó Yza—, pero tomé clases de ese estilo con anterioridad. —Tendrás que recordármelos a mí, porque los he olvidado todos. —No quieras pasarte de lista, Lerroux. Emma soltó una carcajada. Estaba tan nerviosa que ni siquiera había reparado en el doble sentido de su petición. Yza sí que lo había hecho y eso solo podía significar que sus pensamientos iban por cierto camino. Decidió seguir el juego. —¿Te haces la víctima? —bufó la periodista y se giró hacia el espejo—. Tienes un ejército de guardaespaldas cuidándote. —Que aprenda a cuidarme sola no está de más. —Emma la miró a través del reflejo—. ¿No vas a enseñarme cómo lograste ponerte sobre mí así de fácil? Me has dejado las muñecas adoloridas, por cierto… —Se pasó los dedos por la base de la mano contraria. Yza siguió el movimiento como un gato atento a su presa. Emma sonrió de lado y decenas de frases cargadas de doble sentido le cruzaron las sienes y el vientre bajo. Sin embargo, dijo: —Es hora de la cena y quiero saber si te apetece algo. —En realidad no tengo hambre. —Apenas desayunaste y solo has tomado vino desde entonces. —Pues cenaré vino. —¿Te parece prudente? —El vino me ayudó a dormir hace rato. —¿Y lo único que quieres es dormir? —De momento sí. —La actividad física puede resolver esa cuestión. —Cualquier actividad que te haga gastar energía —apuntó. —Conozco la definición. —Yza tragó saliva y retrocedió un paso, como si se percatase, de pronto, que estaban muy cerca y que había cometido un error aparentando bravuconería—. ¿Pero a qué te refieres con exactitud? —¿No te lo imaginas? Emma avanzó un paso y esta vez sí que sonrió. —Imagino muchas cosas, Lerroux. —Intentaba sonar reticente, pero le echó una mirada a los labios de Emma que era muy reveladora. La Marquesa apoyó una mano en el borde del escritorio y se inclinó hacia Yza. Parecía que entre ellas el espacio estaba a punto de reducirse al mínimo, sin embargo, Emma se mantuvo a un par de centímetros y murmuró —con la voz más persuasiva del mundo— sobre la oreja de la periodista: —Hoy en el festival se presenta Nina Kraviz. Podríamos ponernos las máscaras e ir a bailar… La cantante se colocó el antifaz plateado y dijo: —¿Cómo me veo? —Piensan que hemos vuelto a América. Imposible que nos hayan seguido el rastro hasta aquí. De momento, creo que estamos seguras. Además, no es saludable que sigas bebiendo para aliviar tus penas. Si quieres relajarte, existen otros métodos. —¡Ja! ¿Y me lo dices tú? —Te lo dice la Yza del pasado, la que me prohibió beber. La que no bebía ni una gota de alcohol. ¿Puedes recordar por qué esa chica no bebía y decírselo a la que tengo enfrente ahora mismo? —Con las máscaras y la oscuridad pasaremos desapercibidas. Yza lo meditó un instante. Emma sabía que era un riesgo, pero no soportaba verla así, tan tensa, murmurando entre sueños, despertándose agitada por la idea de que alguien intentaba hacerle daño. Además, era muy pronto para que sus perseguidores hubieran descubierto que los despistaron. Pasaría un día o dos antes de que lo notaran, una franja de tiempo seguro que más les valía aprovechar, porque no sabían cuándo tendrían otra igual. La periodista suspiró. —De hecho, soy fan de Nina Kraviz —dijo como si se rindiera. —Entonces está decidido. *** —Relájate, Cas —respondió Emma en tono cansino. —¿Ya olvidaste lo que pasó ayer? —No lo he olvidado. —¿Entonces por qué haces esto? —No sabemos si mordieron el anzuelo y creen que estamos fuera del país… —En serio, Cas, me estás poniendo nerviosa. Emma paró en seco y se giró hacia la guardaespaldas. —Puedes marcharte —le dijo. —¿De qué hablas? —Quiero que te vayas, Cas. —Estás loca. —No puedo dejarlas aquí solas. —Estaremos bien. Márchate. Hablo en serio. El tono de la Marquesa era definitivo. Casandra asintió y se alejó de mala gana. Era arriesgado, sí, Emma no era idiota, pero la probabilidad de que alguien del clan de Hugo estuviera cerca y las reconociera era mínima. —Fuiste muy dura con ella —comentó Yza. Tenía la mitad del rostro oculto por el antifaz dorado—. Se preocupa por tu seguridad. —Y se toma atribuciones que no le corresponden. Ha estado haciendo comentarios fuera de lugar y ya no puedo seguir dejándolos pasar… —Estás preciosa —le había dicho Emma sin poder contenerse. Ella, por su parte, iba más conservadora, con unos pantalones de cuero, botas, una blusa blanca sin mangas y una cazadora con capucha que ocultaba lo que la hubiera delatado: la cabellera y los tatuajes. El antifaz plateado le cubría medio rostro y resaltaba sus ojos grises. Caminaban tan juntas que sus nudillos se rozaban. A Emma se le encogía el estómago, le escocían las yemas de los dedos y ansiaba tomarla de la mano. La recordaba encima, el cabello largo y negro deslizándose y acariciando sus labios. Quería tenerla así de nuevo, pero desnuda y cubierta de sudor, los senos agitándose mientras danzaban al ritmo de sus roces. De pronto, la periodista paró en seco y la Marquesa se dio cuenta de que frente a ellas había una pareja de chicas que se besaban y bailaban de tal manera que poco les faltaba para sacarse la ropa y hacerlo delante de todo el mundo. —Parece que se están divirtiendo —comentó Emma, maliciosa. —Vamos a concentrarnos en la música, ¿quieres? Claro, la música, su mejor arma. Es que Yza no comprendía que aquel era el terreno de la Marquesa, que la estaba llevando a una especie de guarida, como una loba encaminando a la oveja hacia su cueva. Allí dentro jugarían bajo las reglas de Emma Lerroux, y Emma Lerroux sabía mover sus fichas. Se quedaron en la periferia, alejadas del corazón convulso de una multitud que saltaba y entonaba las canciones a todo pulmón. Primero tan estáticas como las estatuas que adornaban el castillo, luego moviéndose de un lado a otro en calidad de patos. Yza gruñó, le pinchó las costillas con el codo, pero terminó riéndose y la tensión se disipó un poco. Dijo: —Acabo de recordar algo más. —¿Ah, sí? —Tú bailando borracha en el departamento de Margo. La Emma del presente le murmuró al oído: —¿Esta vez también me harás rogarte para que bailes conmigo? La periodista giró el rostro y se examinaron muy de cerca. —Esta vez no… —Te sigues moviendo como pato —comentó porque Emma no atinaba a hacer otro movimiento que el de oscilar de un lado a otro como una espiga mecida por el viento—. ¿Entonces la que baila en los videos musicales es otra y le ponen tu cara? Creo que debo tuitearlo de inmediato. Eres un fraude. —Ja, ja, qué graciosa. —Si te sigues moviendo así, te juro que lo voy a hacer. Ya sabes cómo me encanta pincharte el ego, Lerroux. Con timidez, las caderas de la periodista volvieron a rodar de izquierda a derecha sin pudor alguno, mientras que las de la cantante le seguían el ritmo. Que Yza apoyara las manos en los hombros de la Marquesa costó tres canciones. Otra más antes de que Emma la pegara por completo a su cuerpo y el vestido de Yzayana se deslizara hacia arriba porque se rozaba contra su muslo. —¿Sigues pensando que es otra la que baila en mis videos? —le preguntó Emma con el corazón en la garganta. —Todavía no llego a la conclusión definitiva. —Deja de hacer eso, por favor —le pidió la periodista con la voz estrangulada. —¿Por qué? —Solo hazme caso. —Me gusta cantar mientras bailo, ¿a ti no? —Pero esa canción no… Emma siguió cantando mientras el trasero de Yza se rozaba contra su pelvis. Los dedos de la Marquesa se hundían en las caderas de la periodista y se moría por subirle el vestido y colar sus manos por debajo. —Dime por qué debo hacerlo. —¿Tengo que decirlo en voz alta? —Sabes que sí. —¿Por qué te hiciste ese tatuaje? —le preguntó. —¿Cuál? —dijo Emma, fingiendo no enterarse. —Este… —Yza le pasó la uña entre los pechos y la Marquesa casi deja de moverse de la impresión. Resistió. —¿Tengo que decirlo en voz alta? —Sabes que sí. —No juegues… Los tatuajes son para siempre. —Para mí, tú también lo eres. —Disculpa, ¿eres Emma Lerroux? —preguntó alguien con un marcado acento londinense. La Marquesa observó a la chica que se le había acercado. La rubia sostenía su móvil en alto con el flash encendido y parecía estar grabando. —¡Claro que lo eres! Reconozco tus tatuajes… ¿Me firmas la camiseta? ¿Cómo es que se había percatado de los tatuajes en aquella penumbra? —Me confundes —espetó Emma intentando que su voz sonara distinta—. Soy su fan y me tatué igual a ella. —No, no, tienes la misma estatura y… ¡Mary, ven, es Emma Lerroux! La mención del nombre provocó que varios rostros voltearan. —Vámonos —le dijo la Marquesa a la periodista y la empujó dentro de la multitud, hacia la zona más concurrida. Fue como si alguien gritara que estaban regalando efectivo. Todas se giraron y buscaron a la cantante con la mirada. No tardaron en rodearla. Casandra se abrió paso entre la multitud y tomo a Yza y Emma de los brazos como a niñas pequeñas. —No quiero decir que os lo dije —siseó. —¿Sigues aquí? —repuso Emma. —Pensé que era mejor quedarme cerca. ¿No te alegras de verme? —Cállate y llévanos al castillo. Estaban saliendo de entre el gentío y la seguridad del evento se acercó a contener a la multitud que se les venía encima. *** —¿Cómo lo soportas? —le preguntó Yza. —Supongo que igual que lo soporta una hormiga —contestó Emma. —¿Una hormiga? —¿Y qué representa ese niño exactamente? —quiso saber Yza. —Yo diría que a la prensa. —Tienes una visión muy peculiar de las cosas. —He pensado en ello por mucho tiempo. Emma suspiró y se dejó caer en la cama. —Recuerdo que querías ser arquitecta —comentó la periodista—. ¿Qué pasó con eso? —¿Puedo ser sincera? —dijo la Marquesa. —¿Por qué lo preguntas? —Porque no quiero que mis palabras te hagan sentir incómoda. —¿Harán que me sienta incómoda? La cantante se lo pensó un momento antes de decir: —Hablan de mis sentimientos por ti. —Emma… Fue el turno de la periodista de dejarse caer y ambas miraron los travesaños del techo. Sus brazos casi se tocaban. —¿Cartas? —murmuró Yza—. ¿Cuántas? —Perdí la cuenta. —¿Y dónde están esas cartas ahora? —No lo sé. Tal vez mi padre se deshizo de ellas. Un día se las pedí de vuelta y no quiso entregármelas. Seguro las quemó o las echó en la basura. —Es una lástima. —¿Por qué? ¿Quieres leerlas? —Sí. Emma no se esperaba que lo aceptara de buenas a primeras. Sintió la mirada de Yza fija en su perfil, pero no volteó. —Y sucedió. La Marquesa sonrió con nostalgia y giró el rostro para enfrentar los ojos de Yza. —Fue un incordio para ti, ¿verdad? —Como dije, un incordio… Yza negó con la cabeza. —Tu recuerdo era como una tormenta que no paraba de caer —admitió—, pero a veces tus canciones conseguían que escampase un poco y, entre las nubes, pudiera ver las estrellas. —Será mejor que nos vayamos a dormir —dijo con premura y se irguió—. Mañana tendremos un día pesado. Los medios ya deben de saber que estás aquí y me refiero a los de todo el mundo. Solo espero que esa chica no haya tomado un video de nosotras bailando… —¿Y que ese video llegue hasta Canadá? .
eMMA LERROUX
OMG
JAJSJASJAJSJJJ YZAYANA casi escupo un pulmón
Gracias Emma
Dios santo …eso estuvo potente 😳😳😳🔥🔥
Jajaja 😏😏😏
Ufff,me gusta q se ponga así 🙊. Es la única q le puede hacer frente a Emma 🙊.
Ya veo, muchos dobles sentidos en este capítulo. 😌
NO PUEDO, ESTOY ROJA
Yza nos quiere matar.
Jajakak,dios santo ,estás 2 🔥🔥🔥
Yza, te rezo
Maravilloso, empezamos fuerte
que dejes de calentarla dice JAJSAJSJAJ
No estaría demás unas clases privadas por parte de Yza, digo, no queremos que les pase algo a ninguna, esto no tiene dobles intenciones
Ayyy Dios 🔥🔥🔥🔥😳😳😳😳😳
callese sapo
Se me bajó la coca, traiganme una presión.
Así no se puede leer con tranquilidad, hasta a mi me están provocando
Ufff,pues si. Cualquiera si Emma se te acerca así 😳😳
Uhhh, q cortante 😒😒
Es una manera excelente de relajarse, además, nadie sale herido, al contrario
Pero 👀 …estoy re perdida ,porq se puso así??
Jajajaj ,pobre Casandra 😅😅
Si si si,q aprovechen esos días libres.
Momento épico de Yza JAJAJAJA
Uhh,se enojo Cas 👀
¿De que me perdí? Es por …
Espero que le pague bien la Marquesa a Casandra
AAAAA necesito mayúsculas mas grandes <3
Uhhhh ,se pico!!
Quiero que aprovechen ese tiempo, pero me da miedo de que ya estén el lugar
NooOoooOoo 🔥🔥🔥😳😳😳😳😳
Pobre Emma 🙊🙊🙊🙊
Necesito esa fuerza de voluntad de Yza para ponerme a estudiar
Si si,es su destino 🥺🥺
Echenle agua a Emma que se nos quema
¡Que llamen a los paramédicos! Así no se puede seguir
Jajajajja ,como patos xD
Uh si,las espiaba 👀👀👀
Ufff 🔥
DIOSSSS 🔥🔥🔥😳😳😳
Ay diosito 🔥😳
Emma hizo q pusieran ese remix 🙊
Siento que va más allá de su pasado
Emma después de quitarse la sudadera y que la descubrieran: Chale, ya la cagué verdad?
Ahhhhhhhh🔥🔥🔥🔥🔥
Q vengan los bomberos porfavor!
👀😳😳😳
Owww ,🥺🥺🥺🥺🥺❤️
Tengo que volver a leer la historia
🥺🥺🥺🥺
Yaaa,casense y listo!! 😭
Noooo, corre!! 🙊
Que alguien tenga preparado el oxigeno por si deja de respirar