Cazar el caos
Capítulo 1. Bella Ciao
Barcelona. 24 de diciembre, 2018. Aceptar la calma es difícil cuando sabes que no durará para siempre. Aquella Nochebuena en Barcelona una vasta quietud inundaba las calles. La calma antes de la tormenta. Solo que la tormenta había sobrevenido dos días antes, durante las manifestaciones que agitaron la ciudad desde el paseo de Gràcia hasta la Gran Via. De ellas apenas quedaban rescoldos, maderos quemados en la enorme chimenea política, efervescencias que salían a flote dentro de las casas, en discusiones que dividían familias y separaban amigos, que hacían de esa una noche no tan buena. Tras los ventanales abiertos y las cortinas de satén que se agitaban tanto como los pies de quienes bailaban, Lena y Joana daban vueltas entre los muebles de su salón al son de Bella Ciao. La primera incluso cantaba, sosteniendo una copa y la mano de la segunda, quien era fan de la serie que había revitalizado aquel himno. Ambas se reían de la absurda danza que estaban inventando y señalaban los pasos más graciosos de la otra. Meses después ese momento sería recordado con una profunda melancolía. Mientras bailaban ignoraban que esa canción era una advertencia de los acontecimientos que sucederían más tarde. O bella ciao, bella ciao, bella ciao ciao ciao E seppellire lassù in montagna Sotto l’ombra di un bel fior Cava una fosa en la montaña, Oh, bella adiós, bella adiós, bella adiós, adiós, adiós. Cava una fosa en la montaña, bajo la sombra de una bella flor. Daban vueltas tomadas de la mano como un par de niñas. Quien las viese no adivinaría que se acercaban a los treinta años. Lena había derramado una importante cantidad de vino sobre el piso de madera y, después de echar un vistazo al camino rojo oscuro que había dejado a su paso, cayó rendida en uno de los sofás. Jadeando y riendo, Joana intentó levantarla para que siguieran bailando —la canción se repetía en bucle—, pero Lena, que soltaba carcajadas ante el infructuoso esfuerzo de su esposa, intentó mantener la copa en vertical y le dijo: —Estoy exhausta, bella. —Tiró de Joana, la miró con sus deslumbrantes ojos celestes y estiró el cuello para dejarle un beso en los labios—. Tengo una mejor idea de cómo podemos pasar el tiempo antes de que lleguen los invitados… Joana arqueó una ceja y sus ojos almendrados repararon en el personal de banquetes. Hombres y mujeres apartaron las miradas y siguieron con sus labores. Lena giró el rostro de Joana, perdió los dedos entre su cabello corto al estilo Peter Pan y le sonrió traviesa. —¿Quieres…? —murmuró. La brisa invernal azotaba las cortinas. Lena tiritó y se apresuró a cerrar los postigos. Antes de girarse, sintió cómo Joana le rodeaba la cintura y le decía al oído: —Pronto necesitaremos aire fresco. —¿Por qué…? Lena jadeó cuando las manos de Joana se afianzaron a los bordes de su vestido y comenzaron a levantarlo. —Vamos a la cama —sugirió. —No. Quiero que bailemos un poco más. —¿Bailar? El tacto de Joana se perdió entre sus muslos. La acarició por encima de las bragas con una delicadeza tan insoportable que las caderas de Lena hicieron lo que su esposa tanto ansiaba. —Llévame a la cama —pidió con la voz ahogada. —Aún no. —Joana hizo a un lado las bragas y deslizó sus dedos de abajo hacia arriba con extrema lentitud—. Te quiero más húmeda… La respuesta de Joana fue desnudarla por completo y desnudarse a su vez. Quedaron frente a frente, piel con piel, y mientras se besaban Joana deslizó su mano entre ambas. —Por favor… —rogó Lena—, llévame a la cama… —¿Por qué? —jadeó Joana y la acarició con más firmeza. Lena gimió y tuvo que apoyar la espalda contra los postigos. Joana también se apoyó: una mano contra la madera y la otra firme entre las piernas de su esposa. —Te necesito dentro, bella —gimió Lena. —¿Quieres correrte en mis dedos, cariño? Lena asintió, la rodeó con sus brazos y notó cómo Joana accedía a sus demandas. Intentó mantener las piernas firmes por más que sus rodillas se sintieran de gelatina. Poco después, con los postigos abiertos de par en par para que la brisa nocturna se llevara el calor que emanaban, ambas yacían bocarriba sobre la alfombra. Estaban tomadas de la mano y miraban las luces del techo preguntándose si los del banquete habrían escuchado el revuelo. —¿Crees que esta noche —preguntó Lena aún con la respiración agitada— Patricia por fin se declare a Noelia? Joana lanzó una carcajada seca. —Mis esfuerzos como celestina podrían concretarse esta noche —dijo Lena y sonrió traviesa—, es un tema de suma importancia. —Oh, sí, muy importante. Nadie quiere interponerse entre tú y tus trascendentales deberes de celestina. Lena gruñó y le dio un pellizco en la palma. Joana emitió un ronco quejido, demasiado exagerado para sonar convincente. —¿Entonces qué piensas? —insistió la malvada mujer de los ojos celestes—. ¿Crees que Patri se decida finalmente? Joana se lo pensó mientras observaba las intrincadas molduras del techo. —La pregunta es si a Noelia le mola Patri. Creo que han tenido demasiadas oportunidades de enrollarse estos meses y Noe no ha aprovechado ninguna. Patricia está loca por ella, pero es demasiado tímida para decirle algo… —¿Y si las ayudamos…? —Ah, no, eso no —soltó Joana en tono reacio—. Otra vez no… —Es nuestro deber. Joana se rio. —Nuestro deber es quedarnos al margen… Joana se giró sobre su hombro para mirarla. —Cariño —le dijo con suavidad—, ¿recuerdas que acordamos no volverlo a hacer? Martín y Hugo terminaron muy mal… —Ya… pero ellos tenían ex muy tóxicos. Es un caso aislado… —¿Y qué dices sobre Yahir y Jessica? ¿También son un caso aislado? —Es que no teníamos información suficiente. De haber sabido que él era un obseso de la limpieza y que Jessica era tan descuidada al cortarse las uñas… —¡Hasta tú creías que eran perfectas la una para la otra! —Todas lo creíamos, pero mira lo que pasó. Joana entendió por qué a Lena le importaba tanto el asunto: su esposa había sido criada en el seno de una familia ultrarreligiosa. Aceptarse le había costado muchísimo, casi tanto como aceptar lo que sentía por Joana. Probablemente se veía reflejada en Noelia y ansiaba ayudarla. Pero, de todas formas, Joana hizo una mueca. Lo de meterse en la vida de los demás no era la suyo. Sin embargo, Lena sonaba tan esperanzada —y se veía tan preciosa con las mejillas encendidas y el cabello desparramado a su alrededor como el de una sirena— que terminó cediendo a sus caprichos, como sucedía casi siempre. —Y para hacerlo más interesante —canturreó Lena y Joana supo que aprovecharía la oportunidad para sacarle todo el jugo al asunto— hagamos una apuesta. —¿Qué… tipo de apuesta? —Apostemos sobre quién hará el primer movimiento. Yo gano si Noelia se acerca a Patricia primero y el premio será elegir dónde celebraremos Año Nuevo… —¡Ah, que era eso! —saltó Joana recriminándose por no haberlo visto venir—. Sigues sin conformarte con el retiro en las montañas. Ya te he dicho que los osos no van a molestarnos. —Eres muy tonta… El tema sobre dónde recibirían al 2019 llevaba en discusión desde septiembre y Joana no pensaba ceder al respecto: quería pasarlo lejos de todo. De ser posible, lejos de cualquier red telefónica o de wifi. Su trabajo como programadora la mantenía frente a una computadora el día entero y necesitaba desintoxicarse de eso. Lena había accedido a regañadientes, pues la habían invitado a una fabulosa fiesta en uno de los hoteles más exclusivos de Barcelona y le dolía en el alma perdérsela. —Lo será para ti, para mí significa que puedo ir despidiéndome de mi paz y tranquilidad en las montañas… Y de los osos… —No si convences a Patricia… —Ni siquiera yo estoy convencida de que debamos meternos en esto. Siempre sale mal, cariño. No podemos obligar a las personas a que tengan algo como lo que tenemos nosotras. —Pero podemos encaminarlas, ¿no es así? Confía en mí, ellas lo necesitan. Noelia lo necesita. Joana se mordió el labio y Lena lo liberó con el pulgar y se lanzó a aprisionarlo con su boca. Después de una ronda de besos que aumentaron la temperatura en la habitación, Joana terminó cediendo. —Pero si yo gano —alzo la voz—, nos iremos al fin del mundo. Sin móvil. Sin música. Sin nada… —¿Sin osos? —Eso depende de los osos. —¿Y sin Bella Ciao? ¿Resistirás una semana sin tu canción favorita? Joana se echó a reír. —Ni siquiera Bella Ciao. Lena hizo un puchero y se puso a horcajadas sobre su esposa. Movió las caderas contra ella y provocó una riada de jadeos. —¿Sin esto? —le preguntó. Los dedos de Joana le acariciaron los muslos mientras sonreía maliciosa. *** Sobre todo a Lena. Aquella Nochebuena se paseaba entre los invitados disfrutando del vino que había escogido para la ocasión mientras ese vestido rojo, con detalles en verde y dorado que tanto le favorecía, ondeaba bajo sus rodillas; sus ojos celestes destellaban, como si el impulso eléctrico que crecía en su corazón se le extendiera por todo el cuerpo y detonara en sus iris. Joana gruñó y chasqueó la lengua. Había olvidado la apuesta por completo. Regresó la mirada hacia Patricia, quien estaba siendo una de las oradoras más apasionadas acerca de las computadoras cuánticas. Apartarla de eso no parecía viable. Así que decidió desviar la atención soltando una bomba. La discusión se tornó acalorada. Joana notó cómo Patricia se sacaba las gafas y las limpiaba con frustración. Odiaba la política. De hecho, odiaba hablar de casi todo excepto música e informática. Joana esperó un tiempo prudente —no podía marcharse si había sido ella la que sacó el tema—, pero cuando Fabio empezó con una larga perorata sobre lo que estaba mal en Catalunya, le hizo señas a Patri y la condujo a la barra de cócteles. Se pidieron un par de Manhattans y se marcharon a conversar cerca de un ventanal. —Llevas la noche entera mirando a Noe —dejó caer Joana sin perder el tiempo. Sintió un retortijón de culpa en el estómago. —¿He sido tan obvia? —se lamentó Patricia y se tapó la cara con la mano que tenía libre—. ¿Crees que ya se ha dado cuenta? —Supongo que sí, porque ella también te ha echado miradas toda la noche. —¿Me tomas el pelo? Joana no mentía, pero tampoco las miradas de Noelia habían sido tan insistentes como las de Patricia. Sin embargo, existían, y si existían, había una razón. Joana se sintió mal por maquillar la realidad, pero intentó convencerse de que estaba actuando por el bien de su amiga. —Te lo juro —aseguró y volvió a sentir el tirón en el estómago—. ¿Por qué no vas a hablar con ella? En la última reunión os vi muy juntas y pensé que os iríais igual. —No me atreví. Ella… sugirió algo, pero yo… —¿Qué sugirió? —Que fuéramos a su casa a tomar una copa. —¿Clarísimo… qué? —Que le molas. —No sé… Está fuera de mi alcance… —¿Por qué dices eso? —Mírame. —Señaló el vestido que llevaba, uno cerrado de color gris oscuro, muy conservador—. Y mírala… —El de Noelia dejaba la espalda al descubierto y un corte lateral mostraba desde su muslo hasta su tobillo—. Tal vez solo quería que tomáramos una copa para seguir contándome sus problemas. Tiene muchos. Y yo tengo una mente muy lógica y le ayudo a solucionarlos, ¿sabes? Sobre todo si se trata de estrategias de optimización… Patricia se rio compulsivamente y Joana la acompañó. La verdad es que tenía algo de razón: a primera vista Noelia parecía un poco fuera de su liga. Tenía los rasgos simétricos de una belleza canónica, se maquillaba y proyectaba una imagen cuidada hasta en el último detalle. En cambio Patricia odiaba tomar decisiones que para ella no valían la pena como qué ropa ponerse al despertar, así que se vestía igual todos los días —¡al estilo de Mark Zuckerberg!—, también llevaba el mismo peinado casi siempre y pocas veces se maquillaba. Era bonita, inteligente y una chica muy centrada. Un gran partido para alguien que no buscara algo… convencional. —Si Noelia intentó dar el primer paso y tú la rechazaste —dijo Joana, pensativa—, es poco probable que se atreva a hacerlo otra vez. —Si nos basamos en la estadística… —Entonces tendrás que ser tú. —Claro que puedes. Solo necesitas llevarla a un sitio más privado. Al balcón, por ejemplo… —¿Pero con qué excusa podría hacerlo? —Noelia fuma, ¿no?, y ahora mismo debe de estar muriendo por un piti. Invítala a fumarse uno… —Pero ella sabe que yo no fumo. Joana hizo una mueca y se sintió mal por formular las siguientes palabras, tan mal que su estómago ardía dolorosamente: —Pues dile que has empezado a fumar. Y se sintió aún peor cuando dijo: —Pues finge, pero tienes que dar el primer paso sí o sí. —No tengo cigarrillos que ofrecerle. —Eso se arregla fácil. Joana llamó a un mesero y este le entregó una de las cajetillas que llevaba en el delantal y un encendedor. Patricia los recibió como si se tratara de los implementos de un agente secreto y, con un ligero empujoncito por parte de Joana, se acercó a Noelia, que en ese momento se reía de la broma del comediante de turno. —Que no fuma —le informó a Joana. —¿Cómo que no fuma? —Que lo ha dejado. —¿Cuándo? Ambas se echaron a reír ante lo absurdo que sonaba eso. Se rieron tanto que no notaron el abrupto cambio en el ambiente. Las conversaciones se habían convertido en murmullos y poco a poco se fueron apagando para ser reemplazadas por frases impetuosas: —¿Es ella? —No puede ser ella. Lo último que supe es que pasaría las fiestas en Las Vegas… —Pero sí es, mira sus ojos, son inconfundibles… ¡Y los tatuajes! —Puede ser una imitadora, hay tantas en el teatro musical. —Pero es que es idéntica. —Imposible que sea ella. —¡Pero que es igual! Lena fue por Joana y la tomó del brazo —su esposa aún se reía de lo del Niño Jesús— y le dijo algo que Joana no entendió a la primera: —Ella está aquí. —¿Ella? —Finalmente acude a nuestra invitación. —¿De quién hablas…? La Marquesa.
Qué miedito me da
No tengo el rostro como tomate, lo prometo 😳
Jajajajjaja
Costo,pero acá estamos 😅😅
Maigad 🤰🏻
EMMAAAAAAAAA😱😱😱😱😱😱😭😭😭😭😭😭😭😭
😱😱😳😳😳
Re fuerte la letra,ah
Uhhhh😳🙈
😳😳😳
Ta fuerte el asunto 🙊
😂😂😂
Jajajaj las quiere juntas si o si 😅😅
Super directa 😂
JAJAJAJAJA,Steff!! xD
Ais, ya quiero el siguiente.
Jejej,Lena tiene sus tácticas 🤭🤭🤭
Es emm ahh :3
😏😏😏😏🔥🔥
UwU
Jajaja curioso grupo de personas 😅
Ahh tremendo
Llegué
😂😂
Uhh,tema controversial(? 👀
Ema
Ayy Patri!! Es obvio!
Pobre
JJAJSJS JO! 🤭😳
JAJAJA 7u7
🔥🔥hace calor
Ánimo! La vida es corta …
AAAAAAAAHHH
Por fin apareció diosa Emma 😩💖
Aun sabiendo de quien se trataba, el suspenso me puso al mil y di gritos de perra loca jajajaja mega fan de esta historia
Jajajaja la quiero a Patri😅 .Y mí pobre Jo,se siente mal cuando tiene q inventar cosas 🥺🥺🥺,es un sol❤️
Toda una lista de fracasos amorosos
JAJJAJAJA ,amo esto,muy español todo 🙊
Uwu
EMMA!!!! 😱😭😱😭😭
Por Dios….que emoción
Y no esta en discusión, fin.
Llego la única,la inigualable,La marquesita💅💅😎
Me encanta la relación de Lana y Joana ambas son de bello, noble y humilde sentimientos. Prueba evidente ayudando amistades a unirse. Quiero saber más de la imponente Emma.
Es bastante lenta
Cheee,como q ahora se me pegó el tema de Bella cual🤦🤦🤦,me acuerdo que en esos años ya me tenía harta la canción 😬,encima nunca vi la serie
Jsjsjsjsj atrevida
Ellas queriendo hacer de cupido
JAJAJA
Creo creo.. es
AHHHHHHHHH que emocionante 🥺💞
JAJAJAJJAA
EMMA ROCKSTAR Y CON TATUAJES???? COLAPSE
Johana no recuerdo que eras haci