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Hoy es el Día Contra la LGBTIfobia, así que toca recopilar datos sobre la situación en la que nos encontramos. Hace nada, en febrero concretamente, ILGA sacó su informe anual sobre la situación de la comunidad en la Región Europea y los datos son aterradores y preocupantes.

El año 2022 ha sido el año más violento para el colectivo LGBTI en una década (los datos incluyen tanto agresiones físicas, como el aumento del discurso de odio y los suicidios). Este es el 12.º informe anual que ha hecho ILGA, que ha seguido de cerca la evolución del discurso antiLGBTI y las consecuencias a las que lleva, destacando cómo dicho discurso se ha instrumentalizado desde sectores políticos más conservadores. Los niveles de LGBTIfobia han alcanzado un nivel crítico aumentando el número de ataques planificados contra las personas LGBTI y también su gravedad, como en el caso de los ataques terroristas ocurridos en Noruega y Eslovaquia contra bares LGBTI. Explican que los asesinatos y suicidios han aumentado como consecuencia de esta inseguridad y violencia deliberada, señalando a políticos, líderes religiosos, organizaciones de ultraderecha y medios de comunicación como difusores de estos peligrosos discursos.

 

 

Y ojo, todo esto no lo decimos para ser desalentadoras ni para que cunda la desesperanza, sino para que se evidencien los efectos que tiene normalizar dichos discursos en la esfera social y cuestionar nuestros derechos, como hacen constantemente determinados partidos y medios que aceptan muy alegremente su agenda. Y luego son los mismos que se echan las manos a la cabeza y se preguntan cómo ha podido pasar. No nos gusta la hipocresía porque, bueno, amigues, creo que es obvio que desde el colectivo lo decimos constantemente, que de la retórica de odio a los hechos hay milímetros de distancia como mucho. Pues ahí están los datos. Se ve que hay que conocerlos para que algunes tomen conciencia. La diferencia es que nosotres ya lo sabemos de sobra.

 

Pese a todo, el informe apunta que este aumento de la LGBTIfobia también ha tenido un aumento en la reacción legal y judicial para perseguir dichos delitos y que ha fortalecido el trabajo de los grupos LGBTI de cada país para enfrentarse y resistir ante este discurso reaccionario. Así, destaca a países como España o Finlandia donde se han producido importantes avances legislativos liderados por el propio activismo, que ha tenido que luchar contra una feroz oposición LGBTIfoba. Y esto es algo que conocemos muy bien tras ver cómo se ha enfangado el debate público con virulentos bulos y falsedades en torno a la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI.

 

 

 

Hablando de España, de hecho, no es que estadísticamente la cosa esté muy allá, ya que en 2021, según el Ministerio de Interior, los delitos de odio aumentaron un 68 % respecto al año anterior. O sea, chiqui, lee bien esto, CASI UN 70 %. Y si tenemos en cuenta que 1 de cada 4 son delitos LGBTIfobos, pues simplemente haz las cuentas.

 

Vivimos en un clima conflictivo donde algunos sectores sociales vuelven a pregonar la LGBTIfobia con orgullo (y no precisamente del nuestro) y abogan por retrocesos para minorías y personas en situaciones más desfavorecidas. Así que cuando te digan que por qué existe un día como hoy o por qué existe el Orgullo o por qué es necesario educar en diversidad, les puedes tirar todos estos datos a la cara. La LGBTIfobia mata, no es ninguna broma. Ya va siendo hora de que deje de hacerse de menos.

 

Marta Pita Dopico

LGBTIfobia en ensayo y ficción

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