Cazar el caos
Capítulo 40 – The Marquise and the Rock Princesses
—No descartemos que pudo ser una estrategia de marketing. Hoy en día hay tanta música en el mercado que las discográficas recurren a toda clase de trucos para vender. —Estrategia o no, la Marquesa ha regresado a la vida pública y viene reinventada. —¡Reinventadísima! Regresa morena y nos da la impresión que se ha pasado el verano echada en una playa comiendo mariscos. —Y le han sentado muy bien. ¡Está guapísima! Nuestros camarógrafos lograron hacerle un video, así que vamos a ver esas curvas… Esa decisión la conocían pocas personas, entre ellas Rousse Barozzi —su prima y agente—, quien había puesto el grito en el cielo cuando Emma se lo comunicó. Estuvieron al teléfono más de hora y media porque la rubia no iba a rendirse sin pelear. —Pronostican que el nuevo álbum será el mejor del grupo hasta ahora —intentó disuadirla. Hablaba como un meteorólogo advirtiendo de un huracán que está a punto de tocar tierra—. Has compuesto unas canciones espectaculares. No me puedes decir que te vas después de que salgan al mercado. ¡Se viene una promoción enorme y giras mundiales! ¿Por qué no aplazas tu retiro? —Porque las ganas que tengo de promocionar el álbum suman menos de cero —explicó la Marquesa con toda paciencia del mundo—. No quiero exponerme frente a no sé cuántas cámaras, ir a no sé cuántas entrevistas, soportar a no sé cuántos presentadores de televisión y sonreír y hablar de mis canciones y en qué me inspiré. ¿Sabes lo cansado que es repetir lo mismo una y otra vez intentando que suene como algo nuevo y encantador? —Lo has hecho por años, pero claro, como ya conseguiste lo que querías… Aquel fue el comienzo de un regaño que fue aumentando en decibelios hasta que una voz masculina preguntó: —¿Todo bien, amor? —¿Amor? —inquirió Emma, extrañada por el apelativo. —Que alguien te llame «amor» sobrepasa la barrera del «estar conociendo a alguien» —comentó Emma, que no se podía creer que Rousse intentara ocultarle una relación. Y es que su prima siempre había enarbolado que no tenía tiempo para relaciones serias. De eso también culpaba a Emma. Cubrir los escándalos de la Marquesa no dejaba espacio para buscar el amor. —No me cambies de tema —zanjó Barozzi. —No te estoy cambiando de tema. El tema ya se acabó. Entiende que ya soporté más de lo que debí soportar. Tú sabes de las veces que quise dejar el grupo y lo que me costó seguir adelante. Llevamos más de una década de carrera. Me sorprende que la gente no se haya cansado de vernos las caras… —¿Quién se cansaría de verte la cara? —También me sorprende que quieras comprarme con halagos. —Ya que con razones parece que no puedo convencerte. —Entiendo tus razones, pero yo tengo las mías. No sé si será el mejor álbum del grupo, pero si lo es, me marcharé satisfecha. No todos pueden abandonar cuando están en la cima. —Mis abogados están revisando los medios legales para rescindir todos ellos. Pagaré lo que sea necesario para cortar los nudos que me atan a la discográfica. Rousse había insistido otro poco antes de cortar la llamada con un suspiro resignado y sonando a que quería encontrar consuelo en brazos de quien la había llamado «amor». Enfrentarse a su prima y desembolsar dinero era la parte sencilla del asunto. Para Emma, lo complicado sería comunicarle su decisión al resto del grupo. Porque The Marquise and the Rock Princesses ya no sería lo mismo sin The Marquise. No obstante, si habían escogido ese nombre había sido porque —desde el principio— sabían de la posibilidad de que Lerroux dejara el grupo. —No estoy segura de cuánto tiempo estaré en el grupo —dijo Emma con honestidad—. Quiero que el pacto manifieste ese punto. Ashley le había echado una mirada de las suyas, astuta e intensa, y había escrito la línea donde aseguraba que, de quererlo así, la Marquesa podría renunciar al grupo cuando quisiera. —Eres como la cuerda de una guitarra —había rematado con una pizca de orgullo y otra de crueldad que derivaban de su miedo a ser abandonada—. Tan fácil como te rompas serás reemplazada. —Me parece bien —fue la respuesta de Emma que siempre vio el orgullo como una debilidad—. Lo importante es que todas recuerden que puedo irme en cualquier momento. —Lo acabas de dejar muy claro —ratificó Lair Bain—. Y por eso creo que es necesario que escojamos un nombre acorde a las circunstancias. —Exacto —apoyó Iona Davis. Ella y Ashley. Fue su mirada la primera con la que se cruzó al entrar. Aquel era el sexto y último día de grabación. El álbum, que estaba previsto lanzarse en mayo, se había retrasado. Las canciones no estaban hechas para un verano de fiesta, sino para un otoño melancólico y de introspección, y como habían superado las expectativas en cuanto a composición, la decisión fue lanzarlo luego de la avalancha de música desechable que solían dejar los días de sol en el hemisferio norte del planeta. —Ya se regó el rumor de que has vuelto —dijo Kirsty, la bajista, alzando su teléfono y a modo de saludo—. Twitter va a explotar. El hashtag #ElRetornoDeLaMarquesa está por llegar al millón de tweets. —Eso es poco —apuntó Ashley en tono burlón, pero Emma sabía que solo era su forma de quitarle hierro a las cosas—. Recuerdo cuando llegabas a los ochenta millones. —Los ochenta millones ocurrieron en una semana —aclaró Kirsty —y fue por el beso en el concierto, ¿no? —Imagino que son las consecuencias de abandonar a mis fans por tanto tiempo. —Filtra alguna de las maquetas de tus canciones y seguro que volverán a amarte —añadió Iona, la pianista—. Es lo que todos hacen ahora: filtrar cosas y decir que lo hicieron otros. —Deberías subir un video en persona y a todo color de tus nuevas curvas y ese tono moreno que has tomado —terció Lair, la guitarrista, y sonrió maliciosa a pesar de que su novia, Kirsty, le echó una de sus miradas más severas—. Se nota que has comido muy bien mientras tomabas el sol. Mark, el ingeniero del estudio, saludó a la recién llegada y comenzó a organizar el equipo. Emma notó que Ashley le lanzaba miradas cargadas de preguntas, algo que había estado haciendo durante toda semana. Horas más tarde, con el álbum terminado y después de una ronda de aplausos, la Marquesa pidió la atención de los presentes y les agradeció por todo el esfuerzo. No quería que sonara a despedida, pero algo debieron intuir cuando dijo «han sido años de mucho aprendizaje…». Después, invitó a comer a Iona, Lair, Kirsty y Ashley a su casa, en Kensington, donde había mandado a preparar un menú especial que sabía les sacaría muchas sonrisas. —¡No puede ser! —gritó Lair cuando les sirvieron la comida y se apresuró a meter la cuchara en una especie de estofado—. ¿Esto es lo que creo que es? Era haggis, un platillo tradicional escocés que Emma detestaba porque estaba hecho de vísceras, pero que las demás amaban tanto que, años atrás, habían hecho hasta lo imposible para que a la Marquesa le gustara. Aquello provocó una avalancha de anécdotas y carcajadas. Sin embargo, Ashley no dejaba de lanzarle miradas desconfiadas. No se fiaba de la puesta en escena, porque conocía al titiritero y sabía ver más allá. Observaba a Emma con cara de escepticismo mientras esta bebía agua mineral en vez del vino que había mandado a que les sirvieran a ellas y relataba una vez más lo mucho que vomitó aquella ocasión en que le dieron muffins rellenos de haggis. —Es una broma —dijo Lair y, como para recalcarlo, dejó escapar una risita que remató con un hipido—. Acabamos… acabamos de grabar un álbum espectacular… y en tiempo récord… —Sé que parece algo precipitado, pero en realidad es una decisión meditada y a la que llevo años dándole vueltas… —¿Meditada? —chilló Ashley—. Dices las cosas como si estuvieras intentando cancelar el seguro que tienes contratado con nosotras. ¡No somos una empresa a la que renuncias! —Solo intento quitarle drama al asunto. Entiendo las implicaciones que conlleva mi decisión y… Fue como si las demás despertaran del shock al mismo tiempo y hubo una riada de comentarios superpuestos, pero la voz de Ashley se impuso: —¿Te piensas que somos un pañuelo de usar y desechar? —Sin que te importe lo que nos pase —rezongó Ashley. —Me importa. Han sido mis únicas amigas durante todos estos años, pero no es mi deber cargar al grupo en mis hombros. —¡Nosotras hemos tenido que cargar con tus escándalos! —Entonces todas ganamos, ¿no es así? —replicó Emma un tanto dolida—. Ustedes dejan de sufrir por mis escándalos y yo por el acoso de los medios. —Déjala, Ash —intervino Iona cuanto su compañera estuvo a punto de replicar—. No podemos obligarla a quedarse si ya ha tomado una decisión. Sabíamos que esto podía pasar. Emma nos lo advirtió desde el principio. Escogimos el nombre por una razón, ¿recuerdas? La Marquesa se sorprendió. Estaba segura de que lo habían olvidado y que sería Ashley la única en recordar el pacto, pero a esas alturas parecía que era al revés. —Estoy segura de que podrán hacerlo —aseveró la Marquesa y pronunció un largo discurso sobre lo agradecida que estaba con cada una de ellas y los momentos más felices de la carrera conjunta. También habló de los peores y de lo avergonzada que se sentía por dejar que el alcohol gobernase su vida y las arrastrara en el proceso. En algún punto le tembló la voz. Al final dijo—: Saldrán de esto como las Princesas del Rock que son. —¡Salud por eso! —apuntó Lair. Una hora más tarde, todas se habían marchado excepto Ashley. Emma había planeado las cosas para que salieran lo mejor posible, casi sin drama de por medio, y lo había conseguido, pero sabía que con Ash sería distinto. —Hablemos con calma otro día —le dijo ella en tono conciliador—. Podrías retrasar tu retiro para después de la promoción del álbum. Es el mejor que has compuesto. A mi orgullo le cuesta decirlo. Si tan solo esperas unos meses… —Lo has hecho por tu fantasma, no por nosotras… —Lo he hecho por varias razones, no solo por ella. —Pero ahora te vas porque la encontraste. Ese es el principal motivo, ¿no es así? ¿Pasaron juntas el verano? Emma lo confirmó con un movimiento de cabeza. —Siempre lo supiste —dijo—. Sabías que mi objetivo era encontrarla y que no dudaría en dejarlo todo cuando lo hiciera. Ashley también movió la cabeza de arriba abajo y murmuró: —Eso es demasiado cruel, incluso viniendo de ti. Ashley sonrió, pero no con crueldad, sino con la misma nostalgia con la que Emma había indicado aquello. —Aposté por nosotras. No me culpes por eso. Pero la Marquesa jamás había apostado por nadie más que no fuera Yza. Ese fue el problema. —¿Segura de que no hay manera de convencerte? —insistió Ashley—. Ahora que has encontrado a tu fantasma, podríamos dejar de hacer música tan melancólica… Emma sonrió divertida. —La perderemos cuando te vayas. —No seas tan dramática —lo dijo en broma, pero su expresión era seria y añadió—: Sé que mantendrás al grupo unido y que saldrán adelante sin mí. Es hora de que renueves las cuerdas de la guitarra. —No has olvidado esa analogía. —No olvido fácilmente. Esa ha sido mi maldición. Ashley la abrazó y se quedaron un momento así. Una eternidad, dirían algunos. —No somos los Beatles, pero lo pensaré. *** Sin embargo, la idea de un último concierto ya había desaparecido de la mente de Emma cuando, diez minutos después y luego de haber procesado todo lo que acababa de pasar, tomó asiento en el sofá con el teléfono en mano y revisó la conversación con Yza. La periodista le había escrito unas horas atrás dándole ánimos para que las cosas salieran bien con sus compañeras de grupo. Después de eso, no se había conectado ni le había escrito. A Emma le pareció extraño, pero no demasiado. Yzayana solía respetar espacios y tiempos. Además, iba a tener un día complicado gracias a todo el papeleo que planeaba hacer, desde resolver lo de la liquidación laboral hasta el cierre de sus cuentas. Ir de un lado a otro en Nueva York le llevaría mucho tiempo. «Las cosas salieron mejor de lo que pensaba», escribió Emma en el chat con Yza y añadió: «Ellas están tan hartas de mí como yo de la vida pública». Esperó un poco por si Yza se conectaba, pero no sucedió. Su mensaje estaba en el aire y así permaneció. Pasaba de la medianoche cuando Emma comenzó a preocuparse. En Nueva York eran más de las siete, hora en que los bancos y otras instituciones públicas tendrían que haber cerrado. ¿Por qué Yza no contestaba? No es que fuera una controladora, pero estaban en una situación en la que cualquier retraso en dar señales de vida la ponía en alerta. Llamó a la periodista, pero no obtuvo respuesta. Entonces se comunicó con los guardaespaldas que la cuidaban. —Vino con su exjefa —le informó uno de ellos con voz de aburrimiento—. Es un edificio exclusivo. No nos permitieron subir a las oficinas. Estamos esperando en el vestíbulo. —¿Cuánto han esperado? —Casi cuatro horas. A Emma se le hizo extraño que Yza tardase tanto. Solo había ido a resolver lo de su finiquito. Llamó a las oficinas y pidió hablar con Victoria. Tuvo que esperar diez minutos antes de que la mujer tomara la llamada. .
Esto como Rousslover me afecta.
¿¿¿Mejor caligrafía que Emma???
Me recordó a Zayn:(
Stef, ya sueltame. No soy tu mejor guerrero.
No lo sé, pero hay veces que este tipo de frases dan miedo
Ese “no tiene nada que ver” apuesto que tiene todo que ver, me esta poniendo mal esta mujer
Que recuerdos, es como si lo hubiese leído ayer 🤧
Díganme que si leyó ese mensaje
Todo tiene un principio y un fin, aunque duela
Primero es ella, después es ella y al final es ella, eso es lo correcto
¿Por qué no hablaron con ella es su momento? Si puede ser cabezotas, pero y la comunicación …?
Y así es como todo se empieza a ir al carajo
Tengo miedo ahora, solo puedo pensar en que la secuestraron y que algo muy malo puede pasar, autora nos quiere ver sufrir más de la cuenta
Me lleva… tan bonito que iba todo. 🙁
Hasta yo me mereé… Es obvio que algo anda muy mal.
Todos merecemos ser amados, bien por ti Rousse
Ya estoy llorando…
Me da nostalgia
Es feo que hagas lo que hagas no seas correspondido de la misma manera, pero uno no puede decidir sobre lo que la otra persona sienta y quiera
Típico de Emma (??lo q debe sufrir su fandom
Te noto resentida Ashley
OMG!!! 😳
Y q va hacer? 👀
Y se marchó 😭
Yza emprendio la caza
Tengo miedo
Acordándome de LODVG :'(
UHHHHHH 👀👀 yo si quiero saber!! Las Rousselover se van a morir con esto!
Uhh contratos 👀
Pobre Ash
Awww 🥺
Jakakak el beso!!! 🙊🙊
Yo también espero que vea esos mensajes 👀
Sin filtros Emma 😬😬
Uhhhh ,va haber drama con Ashley 👀
👀😬
Pero es algo q las involucra a ellas 👀
Woo,eso fue maduro. Igual quien podrá reemplazar a la Marquesa 💅?
👀😰
Owww 💔💔
Ayy si 🤩
Mmm👀
Ayyy nooo 😭
Ay dios nooooo!!!!
Steff!! 😭😭😭
Ya empezamos a desviarnos del camino de la estabilidad mental(?
F por su fandom
Tengo miedo de que su «amor» sea alguien de la mafia …
Algo me dice que Yza jamás va a leer esos mensajes …
Chale 🙁 (aveces no solo hay que comprender a las protas)
Ahí aprovecho para irse a México, ya entiendo .
NOOOO ROUSSE CON QUIÉN ME ENGAÑAS?!?!?!?!
F
F por el enamoradx de Rousse
Ayyy, sentí feo 💔💔💔