Cazar el caos
Capítulo 29 – En la cuna de tus cráteres
—¿De qué hablas? —preguntó Emma, recobrando el aplomo después del alivio que había supuesto encontrar a Yza sana y salva—. ¿Qué le dijiste? —Lo que tú, Liliam y Olga Barozzi debieron decirle hace tiempo. La verdad sin medias tintas. —¿La verdad? ¡Pero si ella ya sabe la verdad! —¿La sabe? —El Marqués enarcó una ceja—. ¿Le dijiste toda la verdad hasta el último detalle? ¿Le hablaste de la maldición? —El nombre señaló la inscripción de la pared y Emma guardó silencio—. Eso supuse. ¿Por qué no se lo dijiste? ¿Por qué le ocultaste ese círculo perverso y viciado en donde están metidas? ¿Tenías miedo de que notara cómo todo se repite y que te repudiase aún más? La periodista subía por las escaleras hacia la boca del túnel y llevaba más de la mitad del trayecto recorrido. Emma no quiso llamarla y que apretara el paso, así que se limitó a subir lo más rápido que pudo. El miedo se había instaurado en su pecho. Le tenía terror a que lo poco que habían avanzado hasta entonces, con respecto a su relación, se desvaneciera en un instante. Trece años atrás, su padre había hecho algo parecido e Yza había desaparecido de la vida de Emma. La Marquesa no quería volver a pasar por eso, no quería regresar al casillero de inicio. Ambas dejaron el túnel casi al mismo tiempo y cuando el vestíbulo se estrechaba en embudo hacia un pasillo, Emma le cortó el paso. —Por favor, hablemos —pidió. Su voz se notaba suplicante y en sus ojos grises había temor—. No sé qué te dijo mi padre exactamente, pero podemos aclararlo. La periodista se limpió las lágrimas con el dorso de la mano, sonrió tristemente y tomó de la botella. La Marquesa apretó los puños y respiró profundo. Quería tomarla entre sus brazos y quitarle toda la tristeza de encima, pero sentía que no era el momento oportuno. —Quiero escuchar las grabaciones —farfulló Yza y asintió con la cabeza como si necesitase reafirmárselo a sí misma—. Necesito saber si llegaremos a alguna parte con esta investigación o solo nos hemos metido en una ratonera. —¿Quieres hacerlo ahora? *** —Entonces el Marqués tenía razón —confirmó Yzayana con voz sombría y el aspecto aún más abatido. Deslizó los dedos por su frente y la hizo descansar en su palma. Habían escuchado un par de grabaciones. La primera relatada por Olga, donde hablaba de una estudiante embarazada que afirmaba llevar un hijo de Hugo en su vientre. En la otra se escuchaba a Bernardo hablar de la castración de los Ferrer. Además, se daban detalles de cómo los Barozzi habían repudiado a Hugo después de enterarse de que era parte de una familia de criminales y habían encerrado a Olga para que ambos no pudieran verse más. —¿Y tú lo sabías todo? —preguntó la periodista. —Está bien… Creo… Creo que necesito salir a tomar aire. —Es muy tarde. —Debo tomar aire, Emma. —La última vez que saliste de aquí te perdiste y pensé que te había sucedido algo malo. Si quieres salir, al menos deja que te acompañe. —Quiero paz y no sé si a tu lado puedo encontrarla. Yzayana se lo pensó. Escrutó el rostro de la Marquesa y sus hombros se hundieron, como si de nuevo se viese vencida en la enésima primera batalla. Emma la guio por el castillo. Llegaron a la torre norte, la más alta. Unas escaleras negras, como las que suele haber en los postes de alta tensión, discurrían por un costado de la pared de piedra. Para alcanzarlas, había que colocar otra escalera debajo, pero la Marquesa usó lo que tenía a la mano: una barrica de vino que servía de decoración. Los guardaespaldas la ayudaron a rodarla y colocarla donde era necesaria. —Sube —le indicó a la periodista. Yzayana trepó y ascendió por la escalera con Emma detrás. Poco a poco se desprendieron de las luces del hotel y también —sintió la Marquesa mientras se aferraba al frío metal— de lo mundano. Era noche cerrada. El cielo despejado proveía de unas vistas espectaculares hacia el infinito. Traspasaron las almenas y pisaron la cima de la torre. Allí solo había un contenedor plástico que protegía un objeto que Emma no había visto en muchos años y que la llenó de nostalgia. La intuición, a veces, es demasiado certera. La dejó tranquila, como había prometido. Se recargó contra una almena y miró el cielo. Pensó que estaba más cerca de las estrellas, un poco tan solo, nada en comparación con la inmensidad que pendía sobre su cabeza y, aun así, estaba al borde de lo único que se consideraba eterno. El espacio y el tiempo. La luna brillaba y una canción atacó su cabeza, pero no quería interrumpir el silencio y la quietud que las envolvía. Aún temía que un descuido la hubiese llevado hasta la línea de salida de un trayecto que había ideado ella misma. Y, sin embargo, cantó: Silencio se abre la tierra y se alzan los mares al compás del volcán Soplaba viento cada vez más frío. Yza temblaba o eso era lo que intuía Emma, pues las luces azuladas que rodeaban el perímetro interno de la torre apenas le dejaban distinguir la silueta de la periodista. Pero sabía que no llevaba jersey ni chaqueta, así que se quitó la suya y, esperando no sobresaltarla, la colocó sobre los hombros de Yzayana. Ya caminaba de regreso al extremo que le correspondía cuando notó un leve, levísimo, roce en la espalda. Se giró y se encontró a la periodista de frente. No intercambiaron palabras, pero Emma supo lo que tenía que hacer. La envolvió en sus brazos y la estrechó contra sí. Quería decirle tantas cosas y explicarle otras, pero en vez de eso y como Yza no daba señales de echarse a llorar, algo que Emma no quería estropear, le habló sobre los recuerdos que tenía de esa torre. —Cerré los ojos —murmuró la Marquesa—. Tenía miedo de caer. Estaba rodeando el cuello de mi padre con mis pequeños brazos y creo que casi lo ahogaba. —Se rio un poco—. En algún punto la curiosidad fue más fuerte y miré alrededor. El sol rompía contra las montañas. Era un paisaje maravilloso, de esos que se quedan grabados para siempre en la memoria. Sentí paz y seguridad. Desde entonces, cuando me siento perdida o insegura, subo a algún sitio. Rousse se burla de mí, dice que soy como una cabra… —Lo recuerdo —murmuró Yza contra el hombro de la Marquesa—. Sobre tu fascinación por las alturas. Recuerdo cuando me llevaste a la cueva de la montaña… Cuando subimos a la torre de aquella iglesia… —Siento que los problemas se me despegan de los pies cuando subo. —Me gustaría sentir lo mismo… A Emma también le hubiera gustado que Yza encontrara lo que ella hallaba en las alturas y entonces clavó la mirada en el cielo y se le ocurrió una idea. —Tal vez solo debemos ir mucho más alto —dijo. Emma no quería dejar de abrazarla, pero alejó a Yza con suavidad y levantó el armazón de plástico que cubría el telescopio. Retiró el tapón que protegía el objetivo y apuntó hacia la luna. —Así de alto —indicó cuando logró enfocar el satélite y, con un ademán de la mano, le pidió a la periodista que se acercara a mirar. Yza se agachó y atisbó por el ocular. —Es extraño —dijo, observando aquel satélite que había presenciado el nacimiento de la humanidad y, seguramente, vería su desaparición—. Es extraño cómo un objeto que ha sido golpeado tantas veces por innumerables meteoritos puede ser tan hermoso. Sus cicatrices han maravillado a generaciones y, aunque se pueden ver así de bien desde la Tierra, hemos enviado a tripulaciones para que recorran la superficie y los observen de cerca. Parece una locura viajar tantos kilómetros y poner en riesgo la vida de personas solo para atisbar lo que ocultan esos cráteres. Yza observó otro poco antes de tomar asiento junto a Emma. Cruzó los brazos, los puso encima de las rodillas y miró a las estrellas, ya sin ningún lente de por medio. A ojos de la Marquesa, parecía pequeña, una niña apenas. La niña con la que tantas noches contempló los confines de la galaxia. —¿A qué te refieres? —Que soy como la luna. Sé que suena grandilocuente y no tengo el derecho de adjudicarme la calidad de un satélite, pero siento que me han golpeado un millón de asteroides y no puedo borrar las cicatrices. Siento que uno me ha herido tan profundo que ha logrado resquebrajarme y ahora me parto en dos sin ser muy consciente de ello. Tal vez despierte por la mañana y encuentre que la mitad de mi cuerpo se ha quedado atrás. —¿Es por lo que te contó mi padre? —No solo eso. Rebecca terminó conmigo. Emma guardó silencio. Se sintió culpable por alegrarse cuando era obvio lo mucho que Yzayana estaba sufriendo. —Hace mucho que no estábamos bien —continuó diciendo la periodista—. Tal vez nunca lo estuvimos. Fui demasiado egoísta. Le pedí que respetara mis distancias y mis silencios, dejó de hacer preguntas sobre mi pasado, nos concentramos en el presente. Vivimos en un acuerdo de paz entre países que mantienen sus ejércitos a metros de la frontera. Fuimos Corea del Norte y Corea del Sur. Y cuando su ejército por fin decidió traspasar mis límites, estalló la guerra. Perdimos las dos. Emma guardó silencio y dejó que continuase. —La verdad duele, pero alivia. Es como quitarse una espina que tienes enterrada hace tiempo —dijo Yza—. Siempre me pregunté por qué Ylari no quería que la llamase madre. Para mí era «la escritora», un ente mítico, casi inalcanzable. Cuando Liliam me habló de Marcus, imaginé que haber sido puesta a la fuerza en el vientre de Ylari no favorecía el amor madre-hija y por eso ella marcó una línea entre ambas, intentó separarnos, desconocerme. Pero ahora entiendo que fui la sustancia visible de sus errores, dio a luz a la justicia poética. Me miraba como si yo fuese la causante de su continuo sufrimiento y nunca supo explicarme qué era lo que la entristecía tanto. —Pero tú no eres la culpable. Ella se lo buscó. Atentó contra la vida de las personas que le hicieron daño, manipuló a mi madre… Emma había esperado demasiado para escuchar esas palabras y se quedó atónita, pensando que lo estaba imaginando todo. Yza ya no la miraba, observaba el cielo, se abrazaba a sí misma como si temiera romperse en mil pedazos. La Marquesa quería abrazarla así, prometerle que, aunque se rompiese, la ayudaría a reconstruirse. No hizo falta una tormenta de fuegos artificiales, ni la oscuridad de una cueva, ni la soledad de una casa en la montaña. El mundo guardó silencio y esperó paciente, mientras los rostros de Yza y Emma se acercaban, mientras se les erizaba la piel y sus átomos exaltados buscaban chocar entre sí, mientras sus labios finalmente encontraban el alivio que habían buscado durante años y millones de dedos invisibles dejaban de señalarlas. El peso de la sangre cayó de sus hombros y se desvaneció en el olvido de donde nunca debió salir. Fuego.
Caillese,como si tuviera una relación buena con alguien,viejo chismoso (?
Jajaja,no le contestaba
Owww 👀. Referencia a Matrix, alguien ya vio la 4ta peli parece.
Pobre Yza😔😔😔,está muy mal 🙁
Ayy 😔😔😔.
Yo quería saber q es lo q sabía Emma!🤨
Mm👀
🥺🥺🥺
Emma desesperada 😔.
La pobre seguro revivió la escena de su juventud. Ni de chiste la pierde de vista de nuevo
🥺🥺🥺
Q bonito,Yza princesa 🥺
Iza Neo
Me imagino que debe cantar bien bonito 🥺
🥺 Emma chiquita
❤️
Nooooo,no la llamaría al menos q sea grave 😰😰😰.
Ya me preocupe,le pasó algo a Jo? 😭
Por algo la debe haber estado llamando 👀
Considerando que Elena y Emma no mantienen una buena relación, y lo único en común es Joana; además de que Emma pidió a Joana que le ayude en investigar y seguir la pista que les dió Becca 👀🔍 podría tratarse de que Joana descubrió algo al fin sobre el paradero de Hugo o Marcus, y quizá atentaron contra ella, por ello quien llama es Elena y no Joana, y solo quizá, tal vez, probablemente … Para alertarlas, y lo del incendio no es una casualidad, tiene que estar relacionado obviamente 😱
*Veo muchas películas 🤯 y todo este drama no ayuda 🤦🏻♀️
Emma tan linda cantando 🥺
Awww q lindo 🥺🥺.
Mira el marqués si tiene corazón
😭😭😭🥺🥺😭😭😭😭
Mi Yzemma 😭🥺♥️💞
:O porqué le llamaría Elena? Joanna eres mi crush 🙃
Cierto 🥺🥺🥺.
Es bonito eso
Ahhhhhh😭😭🥺🥺🥺🥺😭😭😭
Se lo dijo!!!!
Ahhhhhjh no lo puedo creer!!!! 😭😭😭😭😭
Tiene razón, pero si hablas de ello es porque lo haces tú también, así que dígame ¿hace lo que dice o es un hipócrita?
Es hora…
Omg, ¿esto si está pasando?:O
No es un suelo 🙊
:O
Q está pasando!!!!??!!!!???!
Sólo buen momento de paz te pedía, y que me has dado?? Angustia 😭
Solo un*
Amo angustiar a la gente 🤣
Pero LPM! Ni un beso tranquilas podrían tener?? 😭🥺
Estem.. Nope
😡😡😡😡
Hasta donde llegan los pensamientos de una persona herida, querer cambiar el pasado sin poder hacerlo
Tan profundo es tu dolor…
Oooo yza siempre tiene las palabras correctas
Ya entendí el trailer
Al fin vamos entendiendo 😌😉
Y ahí está Emma llevándola a lo más alto nuevamente…
Que intenso todo… Me gusta.
«no me abandones más» :((
Nadie me manda
La autora sube nuevo capítulo*
Yo: Bueno, el deber llama
tengo un mal presentimiento sobre esa llamada
Y aquí es donde paso el resto de la semana pensando y queriendo desesperadamente el siguiente
No estoy llorando 😭
Emma entiendo que es tu momento con Yza… Pero para que Elena te llame debe ser algo realmente importante.
Regresa la llamada por favor.
*grito de fangirl*
NOOOOOOOOOOO PTM
EXACTAMENTE YZA
AYYYYYY ESTOY LLORANDO ESPERÉ TANTO ESTO
No estoy bien
NOOOOOOOOO
¿Qué?… No lo puedo creer… que carajos esta pasando?
😱 no me la creo, lo dijo !!🥰
Mini infarto gestándose 😩
Yo solo de leer esto me acuerdo cuando la llevo a la torre más alta en medio de un desfile y le obsequió las piezas rotas de lo que una vez fue su Lira convertido en un dije 🤧
A llorar a la lloreria 😭😭
Voy a llorar si después me dices que es un sueño 🥺🥺🥺